domingo, 19 de septiembre de 2010

I El Encuentro


La niña estaba sentada en el regazo de su padre jugando con su oso de peluche.

- Papá, cuéntame la historia del Ángel.

- ¿Acaso nunca te cansas de oírla? – Le pregunto el hombre acariciando dulcemente su pelo.

- No, es mi preferida – Le dijo la niña mientras reía – Siempre los imagino a mamá y a vos como el Ángel y la Princesa.

- Esta bien, Pero después te iras a dormir – Le dijo.

- Escucha con atención.

- “Corría el año 2007 cunado comenzó todo. El era un chico callado, sin amigos, solía inventar historias en las que el caballero nunca lograba ser feliz. Ella era una niña alegre, siempre rodeada de gente. Los dos iban al mismo colegio pero nunca se cruzaron. Una tarde ella paseaba por una plaza sumida en sus pensamientos, cuando tres hombres fueron a su encuentro.

- Hola preciosa – Dijo uno de ellos – ¿Que hace una chica tan linda sola a estas horas?

- Nada, solo paseaba. – Contesto ella con una sonrisa.

- Venite con nosotros – dijo un segundo.

- No, gracias – Contesto ella.

- Vas a venir con nosotros – Dijo el tercero tomándola del brazo.

- No, no quiero – Contesto la señorita asustada.

- Vendrás quieras o no, nadie te podrá ayudar – Dijo el primero mientras la sujetaba fuertemente del otro brazo.

Ahí estaba el, a unos metros fumándose un cigarrillo. Al principio no supo que hacer, pero sabia que no debía dejar que ellos le hiciesen algo a la chica”

- ¿Es necesario que le cuentes esa parte? – Pregunto la madre asomándose por la puerta de la cocina.

- No, no creo. Pero si no la cuento no tendría con que asustarla – Dijo el padre de la niña mientras le sonreía jovialmente a su esposa.

- No le hagas caso a tu padre, es un idota – Le dijo la madre a la niña mientras sonreía.

- Tendrías que haber meditado sobre ello antes de aceptarme como tu esposo – Dijo el mordazmente.

- Papá, contame como sigue la historia – Dijo la niña agarrando al hombre por el brazo.

- ¡Podría continuar si tu madre se quedara callada! – Contesto el subiendo el tono de su voz a modo de broma.

- Lo haría si no fueses tan idiota. Grito su esposa a modo de contestación.

“Uno de ellos saco una navaja” – Dijo el padre siguiendo con el relato

- ¿Y ahí fue donde el hizo su entrada? – Pregunto la niña emocionada.

- No – Contesto el padre – “En ese momento la señorita con los dos hombres que la sostenían.

La chica cayó al suelo, intento pararse, pero por el esfuerzo que había hecho para liberarse de ellos no lo logro. El joven que estaba viendo todo se dio cuenta de que era el momento de actuar. Se acerco a ellos y al verse en desventaja empujo a los dos hombres que quisieron levantar a la joven y golpeo en el pecho al dueño de la navaja, quien al caer al suelo le hiciera un corto en el brazo derecho.

Al ver este mismo lo que había logrado decidió huir con sus amigos.

- ¿Estas bien? – Pregunto el joven extendiendo su brazo para ayudar ala señorita. - ¿Te han hecho algo? ¿Estas lastimada? –

- Estoy bien – Contesto ella – Solo algo asustada.

- ¿Puedes caminar? ¿Necesitas que te ayude? – Pregunto el en tono cordial

- Estoy bien – Contesto ella incorporándose. Pero al dar un paso trastabillo.

El la tomo de la cintura para que no se cayese.

- Deberías decírselo a tus pies – Dijo el a modo de broma.

- Podría – Dijo ella dirigiéndole una amable sonrisa.

- Debería ir con más cuidado por estos lugares señorita…- Dijo el mientras la deja para que se enderezase.

- Caroline – Dijo ella – Mi nombre es Caroline y nunca pensé que esto fuese a ocurrirme en este lugar –

- Pues la próxima vez debería ir con mas cuidado – Contesto el dando media vuelta para alejarse.

- ¿Cómo se llama? – Pregunto Caroline al joven.

- No es necesario que lo sepa, ya que nunca nos volveremos a ver – Contesto el dando volteando su rostro hacia ella antes de alejarse caminando en sentido contrario.

Era noche cerrada cuando decidió que era momento de emprender el vieja hacia su casa. El pasto crecido le llegaba a las rodillas, Los rosales que custodiaban la puerta, esos que con tanto empeño su madre había cuidado yacían muertos como un triste recordatorio de su partida, La puerta oxidada llena de telarañas se caía a pedazos.

Hurgo en sus bolsillos hasta encontrar la llave, Al abrir la puerta se encontró cara a cara con su realidad, la única luz encendida era la de la cocina, reinaba un silencio sepulcral.

- Llegue – Fue todo lo que dijo al cerrar la puerta detrás de si.

Sobre la mesa una nota de su padre avisándole que hoy tampoco vendría a cenar. Ceno solo como tantas otras veces lo había hecho desde…Ya no sabia cuando. Había un espejo enfrente de la puerta, Debajo de el, sobre una repisa, una foto de su madre, su padre y el, la ultima foto que se habían tomado como familia, el único vestigio que había quedado de cuando el aún podía sonreír, el único recuerdo de que su padre lo había amado.

La cena transcurrió en silencio, levanto la mesa, lavo los platos y se dirigió a su alcoba en el primer piso.

El aire que se respiraba en su habitación era sofocante, caliente como el mismo infierno, un espacio blanco y vacío, con una cama, una biblioteca, una caja de madera a modo de mesa de luz con solo un cenicero en ella. Prendió un cigarrillo mientras se desvestía y doblaba su ropa, sobre el, el techo en caída. La luz entraba por la ventana a medio cerrar, se sentó en su cama a fumar un cigarrillo detrás de otro intentando conciliar el sueño, intentando también olvidar su encuentro con ella.

La voz de Caroline resonaba en su mente, todo lo que ella le había dicho, lo que le había preguntado y su respuesta, aun escucha su respuesta como si la hubiese escupido.

Grito en silencio intentando alejarla de su mente, intentando alejar su perfume.

“En un mundo muerto, sin cuerpo, siento que recorro sus senderos. Sus ciudades completamente corroídas por el pasar del tiempo, no hay un solo alma, no hay perfumes, no hay sonidos solo la brisa del viento. No la veo, pero la siente ¿Realmente la siento? No puedo verme pero se que estoy aquí ¿Realmente estoy aquí? ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es este lugar? Recuerdo haber estado en otro lugar ¿En un futuro? ¿En un pasado? ¿En otro mundo? No puedo recordarlo, pero sé que he vivido, que he sido algo mas que un ente sin cuerpo, algo más, recuerdo haber sentido algo más, recuerdo una sonrisa, recuerdo unas lágrimas pero, no recuerdo cuando, no logro recordar como eran como se sentían.

¿Cuánto he caminado ya? ¿Horas, días, meses, años quizás? No logro comprenderlo, ¿En este lugar no sale el sol? No hay estrellas, solo oscuridad, pero logro ver a través de ella, Siento que más esta aquí, pero no logro verla, pero se que esta aquí, la siento ¿Acaso siento? ¿Cómo logro sentir si no soy nada? ¿Cómo logro sentir si soy la nada misma? Debo encontrar un cuerpo, algo tangible, algo que me recuerde lo que es ser, algo que me logre conectar con lo que pude haber sido en otro momento, algo que me defienda de este frío que siento en mi pecho ¿Frío? ¿Cómo puedo saber lo que es sentir frío? ¿Cómo puedo entenderlo si carezco de emociones?

¿Cuánto camine hasta encontrar este cuerpo bajo el puente? ¿Cuánto tiempo paso? ¿Acaso existe en este sitio el paso del tiempo? Este cuerpo contiene mi alma, puedo ver através de estas ranuras como si mis ojos estuviesen detrás de ellas pero, al verme reflejado en el agua, al quitarme la mascara no hay anda debajo, tengo ganas de gritar pero no tengo boca, soy solo un eco de lo que fui.

Mis brazos se caen, mis piernas se desarman, lo único que continua intacto es este maldito gorro de bufón.

Siento mi cuerpo como una maldición, siento que esa lágrima debajo de la rendija de mi ojo es un recordatorio ¿De la clase de persona que fui? La siento como si fuese una señal, algo un indicio, ¿Un indicio de lo que pude haber sido en ese pasado o en ese futuro que no logro recordar? Si, eso es, un indicio de lo que pude haber sido antes o después de mi estadía en este infierno, pero ¿Es este realmente el infierno?

Siento, siento que este es un sueño del cual podré despertar pero, no se como hacerlo, tiene que haber algo que me impide dejar este lugar, esta prisión que yo mismo me cree dentro de mi mente, es como si supiera que algo me espera en el fin del mundo pero ¿Estoy preparado para ello? Siento, siento, siento pero ¿Qué es sentir? ¿Qué es? ¿Qué significado tiene para mí? Creo que en algún momento lo supe, creo que en algún momento tuve las respuestas de estas incesantes preguntas que me acosan.

Creo que es un sueño pero si lo es, si realmente es un sueño ¿Es mío o acaso es de otra entidad? Y si lo es ¿Podré despertar a tiempo?

Creo, creo, creo ¿En que creo? ¿Qué es creer? ¿Por qué utilizo palabras de las cuáles desconozco su significado? Sé que en algún momento lo supe, pero ¿En que momento? ¿Tendré que encontrar las respuestas antes de partir? ¿Podré encontrarlas en este mundo vacío y muerto? Sé que las respuestas están aquí, pero ¿Acaso lo sé? ¿Tengo la certeza? ¿Qué sé? ¿Acaso sé algo más? Tengo recuerdos pero ¿Estos recuerdos son míos o son suyos? Solo me queda caminar, buscar las respuestas a estas preguntas, quizás logre hallarlas, allí, en el fin de este mundo, quizás las respuestas a estas incesantes preguntas las tenga esa persona que me espera allí, en el horizonte, en el fin del mundo, quizás tenga las respuestas…”

El se despertó con los rayos de luz que se filtraban por su ventana, estaba cubierto de transpiraron, otra vez esa maldita pesadilla.

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